Cuando pensamos en la amazonía peruana, lo primero que nos viene a la mente es el gran río Amazonas, ciudades como Iquitos, Puerto Maldonado, Pucallpa. Pensamos en un verdor infinito, repleto de sonidos de aves; en los “peque-peques” recorriendo las aguas; en una armonía natural que solo puede encontrarse en este tipo de paraísos terrenales. Y el Refugio Natural Purús - Manu es uno de ellos.

Ubicado entre el extremo noreste de la provincia de Purús, en Ucayali, y el norte del departamento de Madre de Dios, se trata de la más grande área protegida de nuestro país. Con una superficie que supera los cinco millones de hectáreas, es el hogar de la mayor diversidad de aves en nuestro territorio y alberga el 10% de las especies vegetales del mundo.

Siendo el Manu área protegida desde 1973, y posteriormente Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, el refugio natural Purús-Manu incluyó, a partir de 2004, al Parque Nacional Alto Purús y la Reserva Comunal de Purús, como zona de amortiguamiento entre el Parque y el área de influencia de la ciudad de Puerto Esperanza.

En los Parques Nacionales de Alto Purús y Manu se encuentran algunos de los centros de investigación científica más importantes del planeta. Además, tienen un potencial turístico inigualable, con la posibilidad de observar, en su hábitat natural, a miles de especies animales, en un entorno libre de la mano de la civilización. Un verdadero Jardín del Edén en territorio peruano.

La Reserva Comunal Purús se caracteriza por tener una población que vive en armonía con su entorno. Con comunidades que practican una agricultura sostenible, la población del corredor contribuye a la recuperación de algunos animales como las tortugas de río, peces como el Paiche, especies vegetales como la caoba o el aguaje.

Las comunidades indígenas que habitan este paraíso natural son poblaciones autosuficientes, agricultores de las riberas de los ríos y grupos humanos no contactados o en aislamiento voluntario. Todos, viviendo de lo que les ofrecen los bosques y manteniendo el balance con la naturaleza. Tal como lo han hecho desde tiempos inmemoriales, manteniendo una tradición que se transmite de generación en generación.

Y así debe mantenerse. El Refugio Natural Purús-Manu, en el corazón de nuestro país, es uno de nuestros pulmones; un espacio de vida que vale la pena preservar y proteger. Donde la selva y el ser humano han logrado una simbiosis muy especial, y sacan lo mejor de sí. parte de aquella gran Amazonía que es hoy maravilla natural del mundo. Un lugar natural y diverso, como ningún otro.